El niño de 2 años ya es capaz de hacer muchas cosa, puede trepar, subirse a los muebles, subir y bajar escaleras, hasta está capacitado para abrocharse un botón o vestirse. A esta edad los juguetes grandes son el compañero perfecto, ya que la psicomotricidad fina todavía es un poco precaria. Les encanta jugar con cajas, meter formas dentro de otras, papeles, lapiceros.
Necesitan el juego para poder explorar su propia identidad. No debe preocuparnos el que un niño quiera jugar con muñecas, o una niña con cochecitos, esto es una preparación de su vida como papás o mamás en un futuro, por ello los padres debemos ser flexibles con los gustos de nuestro hijos, a la hora de comprar juguetes.
El juego permite a los niños desarrollar su creatividad. Cuando un niño coloca las piezas de un juego de construcción, está poniendo a prueba su capacidad, él se esfuerza en lograr su objetivo. Le reconforta ver que puede conseguirlo sólo, sin ayuda de un adulto, proporcionándole un gran logro, que afianza su personalidad.
En momentos dificiles, el juego ayuda al niño a superar la separación de sus padres, los celos de un hermanito, u otro tipo de vivencias, porque es su manera de desahogarse frente a situaciones difíciles. Observamos que cuando un niño de esta edad está llorando, o se siente mal, la mejor manera de calmarle y hacerle feliz es demostrándole su capacidad de interactuar con un juguete o con otros niños por medio del juego.
Es importante su socialización con niños de su edad, esto es fácil de conseguir mediante el juego. Es la técnica utilizada en Escuelas Infantiles y Guarderías. Aunque no está exento de conflictos, ya que a esta edad son muy posesivos, por ello es importante que el adulto esté presente, y le enseñe a compartir pacíficamente. Aprender a jugar con otros niños le enriquece como persona dentro de la sociedad, y es una preparación importante como ser humano.