martes, 7 de septiembre de 2010

Cómo fomentar la autoestima en nuestros hijos



La autoestima es un sentimiento que tiene que ver mucho con quererse y aceptarse a sí mismo como persona. No hay que confundirlo con ser engreído. Un niño se sentirá bien consigo mismo, si se siente querido y aceptado por su entorno, y siente que lo valoran sus padres, familiares y personas queridas, y más tarde sus profesores, amigos y todos los que le rodean. Por eso empieza en la más tierna infancia.

En los primeros años son muy importantes, la atención, el interés, y el cariño que les mostremos como padres. Ellos tendrán una buena autoestima si se sienten aceptados, pero no por ello debemos dejar de lado los límites y normas, que son muy importantes, pero sí intentar respetar sus gustos dentro de esos límites.

Os voy a dar unas características de los tipos de padres, que influyen negativamente en la autoestima de sus hijos:
- Los padres dictatoriales: castigan con energía y constantemente, ocultan sus emociones, y son más controladores, que amables y cálidos con sus hijos.
- Los padres permisivos: no establecen casi límites, ni reglas, son poco exigentes, permiten que el niño sea autónomo muy pronto, y tienen poco control sobre él.
Los dos tipos de padres provocan inseguridad en los niños, desenlazando en una baja autoestima, con poca confianza en sí mismos, y tendientes a un bajo rendimiento en el colegio.

Al tipo de padres que favorece la autoestima en psicología infantil, se les llama padres afectivos-democráticos-no indulgentes. Y las claves que os doy para educar en autoestima son las siguientes:
  • Ser exigentes con las normas, pero a la vez cariñosos.
  • Utilizar poco el castigo, y siempre sin dejar de lado el afecto. No se les debe retirar el afecto, se puede castigar con amor.
  • Dar al niño autonomía personal, pero siempre conforme a su edad, y dentro de las normas y los márgenes que tengamos marcados.
  • Aceptar y comprender al niño, pero no siendo excesivamente permisivos. En este punto no hay que relajarse.
  • Hacer que el niño se sienta importante dentro de la familia, escuchando sus opiniones y dedicándole tiempo. Aprender a escuchar a nuestro hijo, es de suma importancia para su autoestima futura.
  • Proponerle retos, siempre que él pueda alcanzar, siendo optimistas y ayudándole, pero siempre dejándole responsabilidades adecuadas a su edad.
  • Es muy valioso celebrar sus éxitos, aunque nos parezcan pequeñeces, para él son un mundo, y diciéndole claramente cuál es el motivo de nuestra alegría, para que entienda el valor de lo alcanzado.
  • Enseñar al niño a felicitar a sus compañeros y amigos. Así aprenderá a felicitarse a así mismo y no tendrá sentimiento de fracaso.
  • Es muy importante también evitar menosprecios hacia su persona, y elogiar lo bueno, no ensalzar lo malo.
  • No sobreprotegerle, para que desarrolle su autonomía y logre sus metas, aunque tengan pequeños errores, de los que también se aprende.
Trabajando estos puntos, podemos conseguir que nuestros hijos logren quererse a sí mismos, y tengan una autoestima arraigada desde pequeños, para evitar en un futuro procesos de ansiendad, depresiones, sentimiento de inferioridad, que sean susceptibles,... Y sobre todo que sean felices consigo mismos, para que esta autoestima les enseñe también a valorar las acciones de los demás.

Resumiendo, ayudar a formar una buena autoestima desde pequeños, ayudará a nuestros hijos a ser personas bien formadas y que se valoren a sí mismos en el futuro.

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