Creo que la lectura es imprescindible, es uno de los objetivos más importantes que se tienen que fijar en los primeros años de vida del niño, y sobre todo en la Educación Primaria.
En los colegios ya se está tomando muy en serio esta actividad, ya que los profesores saben de la importancia de tener un buén aprendizaje lector, para poder comprender y aprender lo que leen. Un niño que es un buén lector, en clase presta más atención y tiene más capacidad de concentración, porque la lectura ayuda a ello. El niño que no tiene asimilada correctamenta la comprensión lectora, tendrá dificultades en su futuro aprendizaje. También ayuda a nivel ortográfico, ya que los niños que leen cometen menos faltas de ortografía, aunque este hecho no siempre ocurre. Hay muchos buenos lectores, que cometen las mismas faltas de ortografía, que niños que no leen tanto.
Hoy precisamente, en el colegio de mis hijos se celebra "El día del libro". Todos los niños iban muy contentos ante la idea de poder comprar libros, verlos y abrir ese mundo de fantasía, realidad, historias, personajes, y un sin fín de placeres, que nos da el maravilloso mundo de los libros. Y los padres tenemos una importante tarea, a la hora de fomentar la lectura en nuestro hogar.
El aspecto técnico se lo debemos dejar a los profesores, que están cualificados para enseñar la mejor manera de adquirir este aprendizaje. Nosotros por nuestra parte debemos apoyar, y ayudar desde casa, con sus recomendaciones. Pero el aspecto afectivo, corre a nuestro cargo, ya que el niño percibe ese momento de cariño vivido durante la lectura desde pequeño. Cuando toca la hora de irse a dormir, el niño ve como mamá o papá leen un libro para él. Y ese lazo afectivo une el momento mágico de la lectura, con el cariño recibido. Por eso cuando el niño aprende a leer, para él es muy gratificante devolver a sus padres ese cariño, y vive como un grán triunfo poder leer para nosotros. Es el mejor regalo que nos puede dar.
Para muchos niños el momento de la lectura es el mayor placer, pero para otros no. Para otros constituye un castigo u obligación. Por eso debemos buscar lecturas adecuadas a su edad, y que sea el niño el que las elija, para que no caiga en el aburrimiento. Hay que incentivar este aspecto lector, de manera que el niño no se sienta forzado, y no tener prisa, porque podemos caer en que acabe aborreciendo los libros. Muchos niños tardan años en lograr que la lectura sea algo placentero para ellos.
En el lado contrario están los que pasan muchas horas leyendo. Siendo algo altamente positivo, lo podemos enfocar como un premio para él, diciéndole que deje el libro a un lado y salga a jugar con sus amigos, o juegue a otras cosas. Así el niño tomará con más ganas su libro, y lo sentirá como el mejor premio recibido.
Pero mi opinión es que los niños son grandes imitadores, y que la mejor enseñanza lectora es que nos vean con un libro en la mano, inmersos en la lectura. Ellos a quién más imitan son a sus padre, con lo cuál tendremos muchas probabilidades de tener un lector en casa. Por eso hoy en el día del libro, os invito a comprar un libro, que pienso que es el dinero mejor invertido.
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